- ¡Ja, ja, ja! ¡Has estado brillante
[cdb]en la última batalla, Annette!
- Ah, basta, ¡vas a hacer que me ruborice!
- ¡Es un honor que me haga un cumplido
[cdb]una de las alumnas más legendarias
[cdb]de la escuela de magia!
- Así que ahora soy legendaria, ¿eh?
Bueno, no puedo decir que no esté de acuerdo.
- ¡He oído muchas historias sobre ti!
Aunque no sé cómo de ciertas serán.
- ¿Hay una en la que convertiste a un puñado
[cdb]de niñatos nobles malcriados en caballos o algo así?
- Ah, sí, recuerdo ese hechizo.
Lo titulé: «Relinchos recurrentes».
- Me alegraba tanto haberlo completado que empecé
[cdb]a usarlo en todas partes, y así nació
[cdb]el rumor: de un pequeño malentendido. ¡Ja, ja, ja!
- ¡También he oído que eras lo bastante inteligente
[cdb]como para discutir sobre teoría mágica
[cdb]con los profesores y ganar!
- Yo no lo llamaría «discutir» exactamente.
- Pero estas historias solo ofrecen una visión
[cdb]sobre quién soy. Esos accidentes insignificantes
[cdb]no es que sean precisamente «legendarios».
- Sí, pero al menos parece que algunas ocurrieron, ¿no?
- Nunca me imaginé que lucharía junto a una leyenda
[cdb]como tú. Lo cierto es que me inquieta un poco.
- No hace falta tanta modestia. Al fin y al cabo,
[cdb]estás entre las mujeres con más talento del Reino.
- Cielos, menudo elogio.
¿Eso lo ha dicho alguien del profesorado?
- No, es que resulta que me leí el libro
[cdb]que escribiste durante tu tiempo aquí.
- ¿Libro? ¡Ah! Pero no. No, no, noooo.
A ver, no estoy segura de si lo llamaría libro...
- De verdad, era más una colección de apuntes
[cdb]sobre cómo cocinar los dulces de Mercedes.
- ¡Creando bocados asombrosos, exacto!
Ese libro me llegó al alma.
- La idea de usar magia para simplificar
[cdb]tareas complicadas de cocina es,
[cdb]cuando menos, revolucionaria.
- Vale, pero ¿cómo te hiciste con él?
¡Se suponía que era algo privado!
- Bueno, le di permiso a un profesor
[cdb]para presentar uno de los hechizos, pero...
- Combinar magia de hielo y aire para que el exterior
[cdb]quede suave y el interior permanezca crujiente...
¡Extraordinario!
- ¡Promovió un nuevo movimiento radical de postres
[cdb]que eran más suaves, más dulces y más divinos
[cdb]que cualquiera que se hubiera creado antes!
- ¡Si eso no te enorgullece, no sé qué lo hará!
Aunque es una faena que solo se puedan cocinar
[cdb]usando las instalaciones de la escuela...
- Bueno, no es que no esté orgullosa,
[cdb]pero tampoco es que lo escribiera yo sola.
- Quiero decir, la magia la puse yo, sí,
[cdb]pero Mercedes fue quien me enseñó a cocinar,
[cdb]para empezar.
- Ah, Mercedes. ¡Soy consciente de que sus exquisiteces
[cdb]son las mejores de todo Fódlan!
- ¿Como esos con mantequilla dulce mezclada
[cdb]en la masa? Mataría por uno de esos ahora mismo.
- ¡Oh, de esos no he oído hablar! ¿Son nuevos?
Tengo que pedirle que me los prepare.
- Ah, echo de menos los dulces de Mercedes.
Estaban deliciosos.
- ¿Como esos con mantequilla dulce mezclada
[cdb]en la masa? Esos estaban buenísimos...
- Nunca he oído hablar de ellos... y supongo que ya
[cdb]no tendré la oportunidad de probarlos.
- En cualquier caso, estoy deseando
[cdb]poder conocerte mejor, Annette.
- ¡Anticipo que nos esperan
[cdb]muchas discusiones teóricas!