- ¿Capitán Jeralt? Tengo que solicitarte algo.
- Alguien viene formal hoy. ¿Y bien? Suéltalo.
- ¡Déjame unirme a tu grupo de mercenarios
[cdb]cuando termine la guerra!
- Vas a volver a recorrer mundo, ¿verdad?
- Por favor, capitán. Déjame acompañarte.
- (...)
- Me alegra que quieras venir con nosotros, Leonie.
Pero eso no me basta para decirte que sí.
- ¿No? ¿Por qué no?
- Hay dos motivos.
- El más importante es que me estoy planteando
[cdb]dejar de ser capitán, así que tampoco tengo
[cdb]la última palabra.
- ¡¿Entonces quién liderará a los mercenarios?!
- No sé decirte. Es cosa suya.
- El segundo motivo es que creo que deberías montar
[cdb]tu propio grupo de mercenarios.
- ¿Eso... crees?
- Eres mercenaria por derecho propio
[cdb]y una general fantástica de este ejército.
- Con ese tipo de experiencia,
[cdb]no merece la pena trabajar para otro.
- ¿De verdad piensas eso?
- Claro. Con tus habilidades, serías un fichaje ideal
[cdb]para cualquier grupo de mercenarios, incluido el mío.
- Tu idea es superarme a mí y [MFH:al chico_a la chica], ¿no?
- No podrás hacerlo si trabajas para nosotros.
- Tendrás que montar tu propio grupo de mercenarios
[cdb]desde cero y labrarte un nombre como hice yo.
- Te tocará darlo todo si quieres construir algo mejor
[cdb]que lo que he hecho yo.
- (...)
- Pues eso haré.
- ¡Montaré mi propio grupo de mercenarios
[cdb]y será tan bueno como el tuyo!
- Por eso estoy orgulloso de que seas mi aprendiz.
- Pero, a cambio, te pondré una condición...
- ¡Tienes que seguir como capitán hasta que te alcance!
- Supongo que un capitán tiene el deber de vivir
[cdb]con las decisiones imprudentes de su aprendiz.
- Pero no tengo todo el tiempo del mundo.
Este cuerpo está hecho papilla.
- Así que date prisa antes de que me arrugue del todo.
¿Entendido?
- ¡Te lo prometo!
- Qué ganas de que llegue ese día.