- Os pido perdón por haceros esta solicitud
[cdb]de forma tan repentina, Arzobispa.
- No hace falta, Edelgard.
- Pero ¿me permites preguntarte qué ha provocado
[cdb]este súbito deseo de volver a Enbarr?
- Creemos que uno de los colaboradores de Tomas
[cdb]puede haberse infiltrado en la capital.
- ¡Cielos!
- Tomas se encargó durante décadas de la biblioteca
[cdb]de Garreg Mach con un historial intachable.
- Pero entonces, sin previo aviso, se quita el disfraz
[cdb]y revela que es un vil hechicero con terribles poderes.
- Hay una persona en la capital que encaja
[cdb]con ese perfil. Un hombre que conocemos bien.
- ¿De quién se trata?
- El regente del Imperio, Volkhard von Arundel.
Mi tío.
- Lord Arundel abandonó brevemente el Imperio
[cdb]antes de reaparecer varios años después.
- Pero volvió como un hombre cambiado
[cdb]y comenzó a acumular poder casi de inmediato.
- Algunos testigos afirman que hace magia oscura
[cdb]en secreto y es capaz de cambiar su apariencia
[cdb]a voluntad.
- Sí que parece sospechoso... si los testigos son fiables.
- Te pediría que confiases en ellos,
[cdb]la información proviene de mi familia: la Casa Vestra.
- Ya veo. Y, cuando vuelvas a la capital,
¿cómo sugieres pararle los pies a tu tío?
- Lord Arundel cuenta con el apoyo
[cdb]de varios nobles influyentes,
[cdb]como el primer ministro: el duque de Aegir.
- Y, aunque nosotros también tenemos aliados,
[cdb]es probable que debamos convencerlos.
- Con ese fin, queremos llevarnos a nuestros amigos
[cdb]de la Academia, sus hijas e hijos, bajo la supervisión
[cdb]del profesor Jeritza.
- Esperábamos que considerarais desplegar
[cdb]a los Caballeros de Seiros para que al ejército imperial
[cdb]no se le ocurra hacer nada raro.
- ¿Quieres marchar contra el Imperio
[cdb]con el respaldo de los caballeros de la Iglesia?
- Vuestro apoyo daría credibilidad
[cdb]a nuestras aseveraciones.
- Además, los Caballeros mantendrían a la población
[cdb]bajo control tras nuestra llegada,
[cdb]evitando así que reine el caos en la ciudad.
- Cuanto más oigo acerca del tema,
[cdb]más creíble me parece la amenaza.
- Está claro que lo habéis meditado en profundidad
[cdb]y lo tenéis todo bien planeado.
- Pretendemos tomar el palacio con nuestras fuerzas.
Haremos todo lo que podamos por contener allí
[cdb]el conflicto.
- Pero, aun así, necesitamos vuestra ayuda. Os lo ruego.
- Tengo dos condiciones.
- La primera es que cuando capturéis a lord Arundel,
[cdb]se lo entreguéis a los Caballeros de inmediato.
- La segunda es que nuestros caballeros no participarán
[cdb]directamente en la batalla.
- No esperaría menos.
- Ten cuidado, Edelgard. Si estas afirmaciones
[cdb]sobre lord Arundel resultan ser falsas,
[cdb]actuaremos en consecuencia.
- No olvides quién se considerará responsable.
- Entendido. Pero comprended que no ganamos nada
[cdb]engañando a la Iglesia.
- Muy bien. Convocaré a los Caballeros y dejaré
[cdb]que les deis las instrucciones correspondientes
[cdb]a vuestro plan.
- Que la Diosa os proteja.