Yo estoy elevando plegarias a espíritus para que ellos
[cdb]guían a nosotros a victoria en combate.
¿Es así como rezáis en Brigid?
En Fódlan solemos hacer estas cosas en una capilla.
Sí, en Brigid nosotros rezamos a bosques, montañas
[cdb]y cielos. Todos lugares donde moran espíritus.
En Fódlan gente reza a Diosa. En esto nosotros somos
[cdb]distintos. Pero nosotros somos iguales en esperar vivir
[cdb]mucho y luchar por cosas importantes.
Sí, por supuesto.
Tal vez no debería preguntarte esto, pero...
¿No te parece imprudente arriesgar la vida
[cdb]aquí en Fódlan?
Eres la reina de Brigid.
Tu pueblo necesita que vuelvas a casa sana y salva.
Sí, tus palabras tienen verdad. Si yo muero aquí
[cdb]en extranjero, yo estaría traicionando a mi pueblo.
Tú diste a mí promesa de liberar a Brigid de ser
[cdb]estado vasallo de Imperio.
Pero si yo muero, promesa tuya morirá conmigo.
Sí, supongo que es cierto.
Si murieses, tendría que renegociar el acuerdo
[cdb]con tu sucesora.
Eso no supondría un problema si fuese tan capaz
[cdb]y razonable como tú, pero no sé si lo sería.
Y que conste que no quiero que mueras, Petra.
Eres una buena amiga.
Tus palabras dan a mí gran felicidad.
Pero yo sigo queriendo arriesgar mi vida aquí
[cdb]en Fódlan.
Cuanto más cerca estamos de acorralar a nuestros
[cdb]enemigos, menos idea tenemos de los sucios trucos
[cdb]que pueden emplear.
¿Estás segura de que no quieres abandonar
[cdb]esta guerra? La situación podría torcerse
[cdb]en cualquier momento.
Yo sé hay peligro, pero yo he decidido.
Yo no saldré corriendo con patas mientras tú luchas.
Te lo agradezco. Pero, a diferencia de ti,
[cdb]yo no puedo abandonar la lucha. Al fin y al cabo,
[cdb]esta guerra ha estallado por mi culpa.
Yo elijo compartir carga.
Si nosotras perdemos, perderemos.
Pero yo no tendré arrepentimiento.
Yo lucharé contigo hasta el final de tristeza.
Esa era plegaria mía.
Bueno, haré todo lo que pueda para evitar
[cdb]un triste final. Pero te lo agradezco, Petra.
Tu determinación me llena de humildad,
[cdb]pero también me da fuerzas.
Tú eres emperatriz, yo soy reina.
Nuestra relación no es normal.
No todo el mundo puede tratar a ti como igual.
Esto es algo que solo yo puedo hacer.
Por eso, yo seguiré a tu lado.
Nadie puede dudar de la cortesía y nobleza
[cdb]de la reina de Brigid.
Espero que nunca nos convirtamos
[cdb]en unas nobles estiradas que insisten
[cdb]en seguir las normas a rajatabla.