- Lo siento. Lo siento mucho, pero os vengaré.
Esperad solo un poco más...
- Descubriré quién os condujo a la muerte,
[cdb]cueste lo que cueste.
- Dimitri.
- Gle... Ah, Felix. Eres tú.
Siento que hayas tenido que ver eso.
- Después de 20 años, ya te he visto
[cdb]de todas las formas posibles.
- Todos los demás duermen, lo sabes, ¿no?
¿Por qué estás aquí encerrado en la capilla?
- ¿Y qué era lo que murmurabas?
- Supongo que no tiene sentido escondértelo...
- Sufro de una especie de... duermevela.
Y puedo verlos. Veo a la gente que murió aquel día,
[cdb]a todas horas, tanto de día como de noche.
- Si el Imperio se vio involucrado en aquel incidente...
Si la Emperatriz dio su consentimiento tácito...
- Darles el mismo fin. Sacarles el corazón del pecho
[cdb]y arrancarles la cabeza del cuerpo.
Esas son las palabras que me gritan los muertos.
- ¿Cuándo empezó esto?
- Han pasado seis años, pero empecé a oír las voces
[cdb]hace cuatro, durante mi primera batalla.
- Reconocí al general enemigo,
[cdb]era un hombre que había visto en Duscur.
- Cuando le arranqué la cabeza, las voces... vitorearon.
Se rieron. Como si un dolor terrible por fin hubiera
[cdb]dejado de abrumarles.
- Creo que entiendo lo que pasa aquí.
- Escucha, ¿de verdad piensas que tu padre, Glenn
[cdb]y los demás te torturarían de esa forma?
- Eres tú quien te está haciendo esto, Dimitri.
Ellos no, tú.
- Incluso si eso fuera verdad,
[cdb]nunca podré perdonarme a mí mismo.
- Créeme, lo sé bien.
- Pero tu trabajo es liderar. Si te pierdes en el camino,
[cdb]te llevarás a todos contigo.
- Así que intenta mantener a raya todo eso
[cdb]de «arrancarles las cabezas», ¿vale?
Puede ser nuestro secreto.
- ¿Te estás ofreciendo a aligerar el peso que pende
[cdb]de mi corazón cuando llegue el momento?
- Arg.
- Eres la única razón de que aún no me haya convertido
[cdb]en un salvaje.
- Del mismo modo que Loog tenía a Kyphon
[cdb]y mi padre a Rodrigue...
- Te pido que sigas siendo mi mano derecha.
- ¿Mano derecha? Me gusta cómo suena eso.
- ¡¿Qué estás haciendo?!
- Como tu nuevo mano derecha, mi primera acción
[cdb]será enviar a mi agitado Rey de vuelta a la cama,
[cdb]donde debe estar.
- ¡Esto es ridículo! ¡Me están arrastrando los pies!
- Es culpa tuya por ser tan alto, musculitos.
- Je, ¿recuerdas la vez que te llevé así
[cdb]cuando te torciste el tobillo?
- Sí, resulta que arrastrar a gente de arriba para abajo
[cdb]sirve para entrenar. Así que a callar, deja que termine
[cdb]de hacer ejercicio.
- Sí, por supuesto. Por favor, sigue.