Ah, majestad. Veo que estás ocupándote
[cdb]de tu espada. Disculpa que te interrumpa.
No pasa nada, acabo de terminar.
¿Hay algo que necesites, Rodrigue?
De hecho, sí. Recibí esto de Matthias cuando estuve
[cdb]en territorio de los Gautier el otro día.
¿Del marqués? Pero esta espada es...
Dijo que se la cogió prestada a Lambert hace años
[cdb]y que hace tiempo que se había olvidado de ella.
¿Qué clase de holgazán se queda con algo prestado
[cdb]tanto tiempo que debe devolvérselo al hijo de quien
[cdb]se lo prestó? ¡Treinta años!
Eso debió haber sido por la época en la que acudíais
[cdb]todos juntos a la Academia de Oficiales, ¿correcto?
¿Te importaría contarme la historia de esta espada?
Empezó cuando encargaron a nuestra clase la misión
[cdb]de erradicar un campamento de bandidos.
Necio como era entonces, me adelanté al resto,
[cdb]dejándonos a mí y mi unidad aislados
[cdb]tras las líneas enemigas.
Por lo visto, tu padre y Matthias empezaron a discutir
[cdb]sobre si merecía la pena o no venir a salvarme.
No tardó en convertirse en una pelea a puñetazos.
Qué sorpresa. No esperaba eso de mi padre,
¡y mucho menos del marqués!
Bueno, en su época ambos tenían mucho carácter.
Ninguno quería dar su brazo a torcer, estoy seguro.
Por una parte, estaba Matthias, que insistía en esperar
[cdb]la ayuda de la Iglesia. Los suministros escaseaban,
[cdb]así que cargar habría resultado en la muerte de todos.
Por la otra, Lambert estaba tan decidido en venir
[cdb]a rescatarnos que habría ido él solo de ser necesario.
Por desgracia, no tengo ni idea de quién ganó al final.
Todo cuanto sé es que juntos se abrieron paso
[cdb]a través de las líneas enemigas. Y, por suerte para mí,
[cdb]nos encontraron antes que los bandidos.
Así que mi padre también tendía a cargar
[cdb]de forma temeraria. O quizá solo era
[cdb]un joven ingenuo.
La historia es que se rompió la lanza de Matthias
[cdb]mientras se abrían paso hasta nosotros,
[cdb]así que Lambert le dejó su espada.
Mientras me la daba, no pudo evitar reírse
[cdb]sobre cómo no se había acordado en todos estos años.
Teniendo en cuenta lo que sé del marqués,
[cdb]dudo seriamente que lo hubiera olvidado.
Probablemente tengas razón.
Es solo mi opinión, pero...
Creo que no fue capaz de aceptar la muerte
[cdb]de Lambert hasta que ascendiste al trono.
Tal vez. En cualquier caso,
[cdb]comunícale que la he recibido.
Y... gracias por contarme esta historia. Parece
[cdb]que hasta de joven mi padre estaba dispuesto a hacer
[cdb]lo necesario por mantener a salvo a sus seres queridos.
Y aun así voy yo e inicio una guerra, sabiendo bien
[cdb]que haría daño a aquellos que más aprecio.
Me diría que soy un necio si estuviera aquí hoy.
No estoy tan seguro de eso.
Desde luego que atesoraba a sus amigos...
Pero no creo que tampoco estuviera dispuesto
[cdb]a abandonar a la Iglesia, teniendo en cuenta todo lo
[cdb]que ha hecho para proteger al pueblo de Faerghus.
Rodrigue, conocías bien a mi padre.
¿Puedo pedirte que hagas algo por mí?
Si alguna vez intento hacer algo que deshonre
[cdb]su legado, por favor...
No digas más. Te detendré, ya tenga que entregar
[cdb]la vida para hacerlo. De hecho, ya le prometí
[cdb]lo mismo a él en su momento.