- (...)
- ¿Necesitas algo?
- Yo he visto que tú esfuerzas por ayudar a mí,
[cdb]incluso más que otros. ¿Por qué tú haces esto?
- Eres una reina extranjera.
Descuidarte mancharía la imagen de su majestad.
- Tú no tienes que preocupar a ti.
Yo poseo habilidad para adaptar.
- Antes, yo pensaba que Faerghus era muy frío.
Pero ahora yo he adaptado a ello.
- Bien.
- Pero yo tengo problema.
Yo sigo teniendo dificultad con idioma de Fódlan.
- ¿Tal vez tú puedes enseñar a mí?
- ¿Quieres que yo te enseñe el idioma?
- Sí. Yo sé que idioma de Duscur también tiene
[cdb]muchas diferencias con idioma de Fódlan.
- Pero tú hablas idioma como si esta es tierra tuya.
- No tengo tanto mérito.
- Yo paso mis días con hablantes nativos, como tú.
Y yo siempre tengo esfuerzo por estudiar.
- Pero tú sigues siendo mejor que yo en idioma de aquí.
¿Cómo tú has conseguido esto?
- Su majestad me enseñó.
- Consideró que la mala comunicación
[cdb]era poco productiva,
[cdb]así que aprendimos el uno del otro durante años.
- Un intercambio de idiomas. Es idea maravillosa.
- Si Dimitri tuvo éxito para enseñar a ti,
[cdb]tal vez tú puedes hacer eso por mí.
- ¿Nosotros tenemos trato?
- ¿Por qué yo?
- Tú dijiste que Dimitri
[cdb]no quiere que yo sea descuidada.
- No poder expresar sentimientos míos da a mí
[cdb]mucha tristeza. Esto hace sentir a mí frustración
[cdb]y soledad.
- Ah.
- Cuando yo llegué a Fódlan,
[cdb]yo no podía decir nada en lengua de aquí.
- Cuando Edelgard hablaba a mí,
[cdb]yo solo podía mirar a ella con expresión de confusión.
- Entonces yo decidí estudiar por cuenta mía.
Pero nobles reían de mí y decían que palabras mías
[cdb]eran feas.
- Yo pasé por lo mismo,
[cdb]pero su majestad siempre estuvo a mi lado.
- Si alguna vez tenía problemas con una palabra,
[cdb]él me ayudaba a aprenderla.
- Pero yo era rehén. Yo no tenía profesor como él.
- Hasta hoy. Ahora yo tengo a ti.
- Supongo que sí.